Casa nueva, vida nueva. El renacer del Cricket.

Mientras el club Buenos Aires (BA) estuvo alejado de la actividad, el cricket comenzó a renacer gracias al trabajo en colegios como St. George’s y St. Alban’s, que aportaron nuevos jugadores jóvenes. En 2008, se retomaron contactos entre BA, la Asociación de Cricket y otros clubes fundadores, lo que llevó a una demostración del deporte en el club y al inicio de actividades de iniciación para chicos de la zona, con el apoyo de socios entusiastas y la ACA. Ese esfuerzo inicial rindió frutos cuando dos chicos del club fueron convocados a la selección argentina M13 y se consagraron campeones en el Sudamericano de Brasil.

Durante los años siguientes, el cricket en BA siguió creciendo. Se formaron equipos en distintas divisiones y categorías infantiles, y aunque los partidos se jugaban siempre de visitante, los entrenamientos eran constantes. Con la ayuda de la Asociación, se construyeron los “nets” y se adaptaron espacios del club para entrenar. A partir de la temporada 2012-13, se utilizaron canchas del club para competir como locales, y se jugó allí el tradicional Torneo Fundadores. Además, se sumó un coach inglés para seguir mejorando el nivel del equipo.

El cricket seguía siendo un deporte minoritario en Argentina, pero a nivel mundial se consolidaba como uno de los más practicados, impulsado por reformas como el formato T-20. La Argentina, a pesar de su escasa cantidad de jugadores, mantenía un buen nivel técnico gracias a una rica tradición histórica. El club BA, pionero en este deporte en el país, comenzó a recuperar terreno perdido y su presencia activa se convirtió en un ejemplo del potencial que aún existe en el cricket argentino.

Finalmente, el 28 de diciembre de 2007 marcó un hito institucional para el club, con la firma del boleto de compraventa del nuevo predio al CEAMSE. Esta firma aseguró la posesión de las nuevas 14 hectáreas, permitiendo al club establecer su base definitiva y enfocarse en el crecimiento y desarrollo de todas sus actividades, incluido el cricket. Esta estabilidad fue celebrada en la memoria institucional como el punto de partida para una nueva etapa llena de esperanza y reconstrucción.

Crecimiento del Rugby y del Hockey

En 2008 comenzaron a evidenciarse grandes cambios en el club Buenos Aires, con un notable crecimiento en la cantidad de chicos y chicas que se sumaban a las actividades infantiles, especialmente en rugby y hockey. Todos los deportes estaban activos y el club comenzaba a consolidarse como una comunidad vibrante. A su vez, se renovaban las esperanzas de volver a competir en el alto nivel del rugby argentino, con una nueva generación de jugadores que aspiraban a llegar al Top 14. Figuras como Gonzalo Camacho brillaban tanto en el club como a nivel internacional, reafirmando el potencial deportivo de esta nueva camada.

Este crecimiento impulsó una reflexión profunda sobre el futuro del club. En 2009 se dio inicio al “Master Plan General”, una iniciativa de planificación a cinco años en la que participaron más de setenta socios, organizando subcomisiones de Ética, Valores, Disciplina, Infraestructura y Finanzas. En paralelo, se inauguró el nuevo clubhouse y se rindieron homenajes a figuras históricas como Horacio Vidou. El objetivo era pensar en grande: cómo sería el BA de los 150 años. Así, comenzaron a sentarse las bases para un desarrollo sostenido.

En términos deportivos, el impacto fue contundente. La cantidad de socios creció de manera significativa y el número de chicos en infantiles de rugby se multiplicó por ocho entre 2006 y 2010. Los logros comenzaron a llegar: en 2011, la M15 obtuvo un triunfo invicto en el Seven de la URBA y en el Torneo Nacional Juvenil. La histórica dificultad de captar chicos fue superada; ya no era necesario salir a buscarlos, ahora llegaban solos, atraídos por el nuevo predio y la energía renovada del club.

El crecimiento también se reflejó en nuevas áreas de trabajo: se modernizó el estatuto, se implementó un reglamento de disciplina, se creó un área de prevención médica, y se intensificó el vínculo con colegios de la zona. El club se transformó en un espacio integral que no solo promovía el deporte, sino también el arte y la vida social, con eventos como el Lion Fest y bailes para distintas generaciones. Así, el club Buenos Aires retomó su esencia: formar buenos deportistas, pero sobre todo buenas personas, en un entorno de comunidad, valores y pertenencia que se mantiene vivo 150 años después.

Website Software